Ópera Romántica

En la primera mitad del siglo XIX la ópera vivió un apogeo muy importante. Se creaban teatros y compañías de teatro donde se representaban las óperas. Ser visto en la ópera era parte del status social. Fue tal el éxito, que se imprimían partes para piano y voz de reducciones de arias. Las arias más famosas se cantaban en todas partes, incluso del otro lado del Atlántico.
Los argumentos de las óperas iban desde narraciones épicas hasta cuentos folklóricos y fantásticos; historias con fuertes trasfondos políticos hasta historias que trataban emociones muy  privadas. Los libretistas buscaban reflejar el interés y las preocupaciones de un amplio público para asegurarse la convocatoria.

  Italia

Las óperas en la primera mitad del siglo XIX tuvieron tanto éxito que se representaban durante meses y en diversas salas de Europa. El operista más famoso en vida fue Rossini, con sus óperas El barbero de Sevilla, Guillermo Tell, Tancredi, L´italiana in Algeri entre otras.




Con sus obras contribuyó con un estilo muy conocido como Bel Canto (bello canto) con un estilo galante, caracterizado por melodías líricas aparentemente sin esfuerzos. En las óperas belcantistas el elemento más importante es la voz, aún más que el guión o la orquesta y los efectos visuales.

Otros compositores fueron Bellini con sus óperas serias Norma, La sonámbula, I puritani. Además de Donizetti quien compuso Lucía di Lammermour,  Anna Bolena, L´elisir d´ amore.


De Elixir de amor, Una furtiva lágrima


Giuseppe Verdi (1813-1901) Es de lejos, la figura más importante de la ópera italiana, 50 años después de Donizetti. Su obra puede dividirse en cuatro períodos:

- Obras anteriores a 1851 relacionadas con los esfuerzos políticos por la unidad italiana; estas obras son todavía algo primarias, pero poseen un poderoso sentido dramático y profundos estudios psicológicos en lo que a sus personajes se refiere (“Nabucco”, “Los lombardos”)

De Nabucco, Va pensiero


- Obras de principios de 1850 con declamación musical apasionada y dramática y sutiles refinamientos armónicos (“Rigoletto”, “Il trovatore”, “La traviata”)



- Después de un breve descanso, compone obras para Francia y cae bajo el influjo de Meyerbeer; es un período experimental, de obras largas de tramas rebuscadas y desparejas de riqueza armónica y orquestal (“Un baile de máscaras, “La fuerza del destino””, “Don Carlos”. También compuso los dos primeros actos de Aída
- Período de madurez artística y total  evolución armónica orquestal y psicológica (dos últimos actos de “Aída” y sus dos obras maestras: “Othello” dentro del género trágico y “Falstaff” dentro del cómico. También compuso en esta época, cuartetos para cuerdas, obras corales y el Réquiem. 
El secreto de su éxito es una melodía fácil de seguir con ritmos provocadores y un motivo melódico que atrapa al público. Se basó en textos de Shakespiare, Schiller y Víctor Hugo. 

La donna e´mobile de Rigoletto


El “Verismo” (realismo)


Es un movimiento de corta duración que combina la descripción musical de emociones primarias con el realismo literario. Sólo hay dos obras importantes dentro de este género: “Caballería rusticana” de Mascagni e “Il Pagliacci” de Leoncavallo.




Vesti la giubba de Il Pagliacci 


G. Puccini (1858-1924) Representa la figura de transición hacia el siglo XX y su estética. Fue el operista más famoso después de Verdi. Lo más significativo de su producción debe buscarse en el plano armónico y en su agudo sentido teatral; su armonía fija los límites de lo tonal, pero marca nuevos rumbos. Obras más importantes: “La bohéme”, “Tosca”, “Madame Butterfly”, “Turandot”, entre otras.


Madame Butterfly


Francia

Después de que los compositores franceses imitaron los manierismos de Rossini, revivió la “ópera comique”, la cual luego, por su hondura de expresión y seriedad, se convirtió en la “ópera Lyrique”.  De esta forma se llegó a la Gran ópera de argumento histórico, con elementos de realismo, fragmentos sinfónicos, grandes arias y triviales ballets, cuyo principal representante fue Meyerbeer (“Los hugonotes”, “La africana”, etc.)
La ópera lírica fue el contrapeso de la ampulosidad de Meyerbeer con obras de Gounod (“Fausto”, “Romeo y Julieta”) y obras de Massenet (“Manon”). También pertenece a este género la ópera “Carmen” de Bizet.







Alemania



R. Wagner (1813-1883).  Su ideal era la composición de la obra de arte total, que representara la unión de todas las manifestaciones artísticas, en unidad ética y estética. Sus primeras óperas desde el año 1848, tienen un influjo italiano (“Rienzi” sobre tema histórico, “El buque fantasma”, donde introduce la idea de la leyenda, “Tanhäuser” y “Lohengrin”, ambas sobre leyendas medievales).  


Marcha nupcial de Lohengrin


A partir de entonces, siente la necesidad de cambiar y redacta ensayos acerca de cómo debe ser la nueva ópera, la obra de arte total.




Sigfried






En un segundo período compuso óperas o dramas musicales como los llamó, de mayor importancia, de textura continua, con forma cíclica y gran orquesta, audacias armónicas, cromatismos acentuados y utilización del “Leit- motiv” (motivos conductores que caracterizan personajes, sentimientos, situaciones determinadas, pensamientos, etc. Y que dan unidad temática a la obra). 


Anhelo y deseo: Preludio acto I, y también aparecerá en la quinta y última escena del acto I, tercera escena del acto II y seguna y tercera escenas del acto III. Este leitmotiv es la confesión de la pasión entre los dos protagonistas.



La mirada. Se oye por primera vez en el Preludio del acto I y a lo largo de ese mismo acto y en la segunda escena del acto III, con variaciones. La mirada, o mirada de amor, expresa el enamoramiento entre Tristán e Isolda cuando se miran uno al otro.


El cofre de los filtros mágicos. Lo oímos por primera vez en el Preludio del acto I. Este leitmotiv hace referencia a los filtros mágicos que Isolda recibió de su madre.


El filtro de amor. Este leitmotiv que se oye en el preludio del acto I y en el desarrollo del mismo, cuando Isolda da a beber el filtro que despertará el amor en Tristán, aunque ella cree que le da un veneno para matarlo. Para complicarlo un poco más, Wagner coloca en medio el leitmotiv del anhelo, que hemos podido oír al inicio.



El anhelo por la muerte. También se oye en el Preludio del acto I. El sentido que tiene es en realidad el que concluye la ópera, cuando tan sólo en la muerte, los amantes pueden estar verdaderamente unidos.


Entre estos dramas musicales se encuentran la tetralogía “El anillo del Nibelungo” el tema es la leyenda germana de la lucha entre dioses, enanos, gigantes y héroes por el poder y el amor; compuesta por “El oro del Rin”, “La Valkiria”, “Sigfrido”, y “El ocaso de los dioses”) “Tristán e Isolda” con la exaltación del amor por sobre todas las cosas, “Los maestros cantores” con la historia de los maestros cantores alemanes del siglo XV, en especial Hans Sachs  y “Parsifal” una leyenda medieval de hondo contenido religioso, casi místico. 


Cabalgata de las Walkyrias



Preludio de Tristán e Isolda


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